sábado, marzo 31, 2007

¿Dónde iremos ahora a rasgarnos los ojos?
¿En qué lugar moveremos las paredes de la casa?

Tokyo ya no nos quiere.
Tampoco quiere nuestros trastos inútiles,
ni nuestras canciones pasadas de moda.
Ni siquiera quiere las bandas sonoras
que recopilamos con tanto cuidado.

Vaya, vaya... Ahora resulta que Tokyo
no nos quiere
y nos quedamos como idiotas,
sentados sobre nuestras mochilas,
desahuciados.

Y no sabemos ni tocar la guitarra
para sobrevivir aunque sea en el metro.
Estamos jodidos.
Jodidos y sin el amor de Tokyo.

Menos mal que siempre nos quedará
Madrid o Allí


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