100 palabras... si las cuentas no me fallan
Cuanto más revolvía el café, más vueltas le daba la cabeza.
"No hay ningún misterio en el fondo de las tazas de café, sólo hay posos analfabetos. No saben escribir, no hay nada que leer"
Era una taza de café, en el fondo tampoco tenía nada que algún otro pudieran leer.
"Una taza de café, una hoja en blanco, una línea cortada..."
Sonreía revolviendo el café... Porque siempre habría locos que querrían leerlos, escribirlas, repararlas.
"No hay ningún misterio en el fondo de las tazas de café, sólo en quien la bebe. Está en el fondo del que la bebe"
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