viernes, marzo 02, 2007

Me ofreció, al pasar, lo que llevaba en su bolsa.
¿Por qué, sapito, por qué bichito
- sin luz-, no aceptaste?

¿Se acabaron los pasos tropezados?
Ah, bichito – sin luz -…. Ah, sapito,
¿quién te mandó aprender a caminar erguido?

Le ofrecí, al pasar, lo que guardaba en mi bolso.
¿por qué, saltón, por qué, enlunado
- sin luna -, te enlutaste?

¿Se acabaron los diálogos a tientas?
Ah, enlunado – sin luna -…. Ah, saltón
¿por qué enciendes las luces para ojos ciegos?

Te ofrecieron un beso de buenos días…
Bichito saltón, sapito enlunado,
cuando escuches “despierta, imbécil”,
recuerda el bolso, y las palabras del silencio
- sólo chasquidos -

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