viernes, abril 27, 2007

Camina.

Sólo veo la espalda

y pienso:

No me gustan nada que la gente se vaya.

Entonces siento

que al ver los talones

alejándose

uno pasa de la perfecta felicidad

a la perfecta miseria.

De golpe

sin anestesia.

El vacío que queda

donde antes estaba una figura

nos informa

con profunda tristeza

de que sólo nos resta

un velo ondulante que acariciar

con la punta de los dedos.


No hay comentarios: