lunes, mayo 12, 2014

Ya no hay malos de película
sólo personajillos mezquinos
que pretenden tener culpas que no les corresponden

No queda ni un malo de película
y la trama se resiente,
adolece una tensión, un dolor, una pasión
inexistente.

Los buenos, si los hubiera,
suspiran decepcionados
sin poder derramar lágrimas que los armen de coraje,
sin poder descargar  miedo o ira.
Sólo les queda un vacío y una tristeza azul
por lo que no ha pasado.

No quedan malos de película,
porque no tienen valor para confesar crímenes, ni siquiera
para cometerlos.

Así que sólo nos queda un vivo
con una herida mortal que no mata
pero duele
y
teatreros, con bigote de malo,
que buscan cómplices para lo que no existe
y se convencen de que deben disculparse
por lo malo que no han hecho que
fue por un bien mayor.

Ya no quedan malos de película,
sólo pequeñas molestias
buscando perdón.


No hay comentarios: