Estrenamos palabras, sin ser nuevas, las pintamos de color especial. Toda avaricia las guardo en mi cajita de ruidos, para agitarlas y que suenen cuando me aceche la pena absurda o el miedo ilógico.
No quiero pensar en nada ahora, porque llegará un mano gris y me asfixiará el trocito de felicidad de este pastel que acabé de cuatro bocados.
Llegó el año de mis luces, llegó mi luz y me dijo una palabra, dos, pequeñas y acabadas. Ahora soy grande.
Yo se, lo se, que el tiempo el aire la lluvia, hará de mí una erosión. Seré de nuevo pequeña, me esconderé en el ruido de este vacío lleno que siempre viaja conmigo. Pero ahora, justo ahora, soy
grande y nada me contiene porque en mí está todo.

3 comentarios:
meses esperando una entrada así... espero que las nieves no hayan erosionado esas sensaciones, y que te sigas sintiendo grande. al final va a ser un buen año, y todo... o al menos un buen comienzo.
Sí,Hans, al final resultó un buen principio...que no es poco. Mejor aún por inesperado ^_^
Un abrazo y un beso grande ( por desgracia, aquí muerde el frío pero no acaricia la nieve)
He vuelto a reencontrarme con tus palabras, mana.
Yo te abrazo, por inmensa y única.
Eres linda, mana, tanto.
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